El autismo NO es una enfermedad, es una manera diferente de procesar e integrar la información proveniente del mundo.
Pensemos que cuando hay dificultades en la integración sensorial (sonidos, imágenes, olores), se perciben todos juntos o con mayor intensidad.
Por ejemplo ; es muy difícil poder prestar atención y responder acorde a las demandas del ambiente.
En este contexto, berrinches, gritos, “ataques de nervios” responden a dificultades en el procesamiento sensorial y la regulación emocional y no a caprichos ni mala educación, como muchas veces se piensa.
Otro mito que de alguna manera se ha generalizado bastante es que no les gusta la interacción ni el contacto con los demás.
En mi experiencia, nada más alejado de la realidad!
Lo que sucede es que tienen dificultades para hacerlo, pero eso no tiene nada que ver con que no quieran o no les guste estar rodeados de otras personas.
Si les damos las herramientas adecuadas, progresivamente adquieren competencias en estas áreas y pueden participar en interacciones sociales de manera más exitosa y placentera.
Pongámoslo de otra forma:
Si viajo a Japón sin entender el idioma, no me puedo guiar por los carteles (no puedo leer las señales), todos se me acercan al mismo tiempo, me hablan, me exigen respuestas, se enojan si no se las doy, y encima me miran mal.
Si me pone nervioso esta situación…
¿cómo voy a reaccionar?
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