miércoles, 25 de junio de 2014

^^ Controlando el enfado en niños con Síndrome de Asperger^^







A continuación comparto con tod@ vosotr@s este interesante artículo sobre cómo controlar el enfado en niños con Síndrome de Asperger.
Los que hemos tratado con niños con Asperger sabemos que no es fácil, pero sí importante saber manejar y reconducir. Es por eso que se proponen algunos consejos destinados a prevenir o manejar algunas situaciones explosivas que se pueden dar.
El artículo ha sido escrito a partir del libro  Educando a niños con Síndrome de Asperger. 200 consejos y estrategias, de Brenda Boyd.

Un niño con síndrome de Asperger necesita aprender cómo reconocer y entender el enfado en él mismo y en los demás, así como aprender a controlarlo. Lo último que queremos es que vea la agresión como una manera de manejar los problemas. No podemos permitirnos hacer la vista gorda. La violencia física es un asunto especialmente serio y puede ser muy peligroso.
Para abordar los problemas de agresión o enfado fuera de control, necesitas tener dos estrategias. Primero, una estrategia a corto plazo que te ayude a manejar las situaciones explosivas en el momento en que se dan. Segundo, una estrategia a largo plazo que te ayude a entrenarle gradualmente, de manera que a la larga estas situaciones dejen de darse.

 Estos consejos están destinados a prevenir o manejar las situaciones explosivas cuando éstas se dan.
 Consejo 1: Actuar desde que es pequeño

 Es necesario abordar desde pequeños los problemas que implican enfado y agresiones porque a esta edad es más fácil manejar al niño. Cuanto más tiempo se mantenga este comportamiento, más patrones se establecerán y más difícil será romperlos.
 El niño puede ver la agresión como una manera de expresarse o de conseguir aquello que quiere. Le puede gustar la sensación de control que obtiene de esta conducta, ya que los puede tomar sustitutivo de la seguridad y aceptación que necesita.
 Si no se ataja el problema, éste se puede reproducir en cualquier situación. Quienes le rodean pueden sentirse incómodos y, si esto continúa hasta la vida adulta, se puede convertir en un grave problema para la persona y también para quienes le rodean.

 Consejo 2: Enséñale maneras seguras de expresar y manejar su ira

 Busca el momento oportuno. Cuando la persona se encuentre calmada habla con ella sobre la ira. Intenta tranquilizarla contándoles que todos a veces nos enfadamos pero que eso está bien. Explícale que el problema no son los sentimientos de ira, sino los comportamientos de enfado.
Debate con él algunas maneras no destructivas de expresar su enfado y elaborad juntos una lista de “Puedos y no puedos de la ira”

 Consejo 3: Cosas que se pueden hacer ante el enfado

 Cuando aprecies signos de alarma podéis recordar la “Lista de Puedos”. También puedes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
  1.  Si una idea te funciona, utilízala siempre que puedas. Pero si un consejo no te va bien o te hace sentir mal, simplemente, ignóralo. Confía en tu juicio.
  2.  Ante una situación de ira, ofrece opciones. Si crees que se avecina una confrontación porque él no quiere hacer algo que se espera que haga, intenta evitarla ofreciendo otra opción mejor que insistir en una orden. Por ejemplo, podrías decir “Prefieres venir ahora y hacer tus deberes o quieres venir y hacerlos en 5 minutos?”. Otro par de ejemplos de demandas presentadas como opciones: sería  ¿Prefieres ponerte la chaqueta azul o la roja? (mejor que decirle “ponte la chaqueta”) o ¿Prefieres un bol grande de cereales o uno pequeño? (mejor que decirle “tienes que comer cereales”).
  3. Corta las situaciones explosivas desde la raíz.  Cuando veas que se está desarrollando una situación que pueda acabar en explosión, no dejes que se alargue y córtalo.
  4. Utiliza un temporizador o un cronómetro.  Estos objetos son unas buenas herramientas para los niños con SA y pueden ser de mucha ayuda en dar la estructura y predictibilidad que necesitan. Puede que le tranquilice oír el sonido del temporizador avisándole que se ha terminado el tiempo. A parte de que les puede parecer divertido jugar con eso ¡como si fuera un concurso!.
  5. Haz un juego simple. Por ejemplo, parece que se niega a recoger todos los juguetes que hay tirados en la habitación. Captamos su atención y nos preguntamos, en voz alta, “¿que pasaría si  cierro mis ojos durante 30 segundos, será capaz de recogerlos? Lo probaré y a ver qué pasa.”
  6. Premia por mantener la calma. Haz de “mantener la calma” una meta específica y cuando logra mantener la calma en una situación que para él es difícil, díselo y prémiale por ello.

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