OBJETIVO: ADELANTAR LA DETECCIÓN Y EL TRATAMIENTO
"Es el primer descubrimiento en genes cerebrales. Nos muestra que el sistema genético podría ser un factor importante para futuras investigaciones en los tratamientos, en el desarrollo de evidencias tempranas en el autismo", dijo el investigador al canal australiano ABC.
Según Courchesne, con estas técnicas de detección temprana se podría diagnosticar dicha enfermedad en niños de uno a dos años, en lugar de la actual fase de detección entre los tres y cinco años. "Esto significa que van a recibir tratamiento antes, por lo que tendrán un mejor resultado", apuntó.
El investigador declaró que las redes genéticas pueden aportar una mayor comprensión de la enfermedad e incluso, algún día, llegar a prevenirla.
"Durante años me he preguntado cuál es el sistema que causa el autismo, y tengo que decir, que este es un descubrimiento muy emocionante", aseguró Courchesne.