domingo, 1 de septiembre de 2013

El acoso escolar en los adolescentes con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA)





Publicamos hoy la ponencia  de Neil Humphrey  (Universidad de Manchester),   “El acoso escolar en los adolescentes con TEA: qué sabemos y cómo podemos ayudar”, ponencia que desarrolló en el XVI Congreso de AETAPI en Valencia.
Según los estudios actuales en EE.UU. el 94% de adolescentes con TEA sufren acoso escolar, el 75% de ellos con agresiones físicas. Si lo comparamos con el 10% de alumnos sin TEA que sufren el acoso, las cifras son mucho más que preocupantes, son terribles. A esto hay que sumar también el ciber-acoso, ya que los adolescentes con TEA suelen usar con asiduidad las redes sociales e Internet, y es también en ese campo donde son fruto de acoso.
En cuánto a porcentajes sobre acoso en la Unión Europea tan sólo los chicos y chicas con graves dificultades conductuales superan a los chicos y chicas con TEA en los datos sobre incidencia del acoso. Las especiales características de los chicos y chicas con TEA los convierte en víctimas “perfectas”.
El acoso genera una serie de consecuencias todas ellas negativas tales como:
  • Rechazo a la escuela y/o absentismo escolar
  • Disminución de las relaciones sociales
  • Dificultades en la salud mental y pérdida de la autoestima
  • Disminución del rendimiento escolar
Otro de los problemas asociados al TEA y al acoso, es la posibilidad de que, el adolescente con TEA, replique esas conductas, ya que puede entender que son las normales. Sus dificultades en la interpretación de las normas sociales los llevan a ese tipo de error.
Los factores que aumentan el riesgo del acoso vienen dados del desconocimiento de las conductas típicas en los TEA.
Si el equipo docente no es capaz de discriminar las conductas propias del chico o chica con TEA de, sencillamente, una mala conducta, no sabrán interpretar adecuadamente las señales claras que nos ayudan a detectar el acoso.
Es también muy importante que  los alumnos conozcan las peculiaridades de sus compañeros con TEA, es decir, conocer y comprender el por qué de esas conductas, es un factor determinante para la reducción del acoso, a veces, una mala interpretación por parte de los compañeros de las conductas del chico con TEA pueden conducir a una situación del todo punto indeseable.
Paradójicamente, la documentación y la evidencia sobre el acoso escolar y los TEA es muy extensa, y sin embargo la aplicación de protocolos adecuados de convivencia y concienciación no se han estandarizado.
Los colegios deben cambiar sus puntos de vista para trabajar en la línea de la evitación del acoso escolar. Realizar talleres de habilidades sociales para que los chicos y chicas con TEA sepan diferenciar entre situaciones reales de acoso y bromas (e incluso burlas) típicas de la adolescencia.
Otro de los aspectos que deben de ser conocidos por los equipos docentes y que deben disponer de la formación adecuada para enfrentar son las reacciones de tipo agresivo, cómo pararlas y enfrentarlas.  Hay que enseñar al niño a reconocer sus propias emociones y darle herramientas que le ayuden a controlarlas.
La creación de grupos de apoyo puede reducir considerablemente las conductas de acoso, ya que se parte de la pertenencia del niño a un grupo, sirviendo este como “escudo” ante posibles acosadores.
Entender que ante el acoso escolar (del tipo que sea) debe haber tolerancia cero es un paso fundamental. La intervención para la prevención y eliminación del acoso no puede ser visto desde puntos de vista específicos, sino desde una visión global.

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