miércoles, 16 de octubre de 2013

"Tratamiento -Impulsividad"






La impulsividad no es un rasgo de personalidad del niño. Se trata de un estilo de responder ante determinadas situaciones. Los niños impulsivos tienen algunas dificultades asociadas:
  • Les resulta difícil mantener la atención durante mucho tiempo. Sienten la necesidad de contestar rápidamente.
  • Cometen más errores en las pruebas de memoria.
  • No verifican sus respuestas antes de contestar. Les cuesta inhibir su primera respuesta.
  • Les resulta difícil demorar las gratificaciones.
¿Qué podemos hacer para disminuir la impulsividad?
1. Utilizar el refuerzo positivo. Elogiar sistemáticamente al niño cuando actúe de forma reflexiva.
2. Utilizar el modelado, de forma que el niño aprenda las consecuencias de sus acciones sin necesidad de experimentarlas.
3. Enseñar al niño a utilizar correctamente las estrategias cognitivas que nos permiten hacer un buen uso de nuestros procesos (atención, memoria, etc.).
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4. Entrenamiento en autoinstrucciones. Las autoinstrucciones son los pensamientos que pasan por nuestra cabeza cuando hacemos algo y que nos sirven para guiar y regular nuestra conducta. El entrenamiento consiste en ir pasando del modelado por parte del entrenador a la realización en silencio por parte del alumno. El instructor realiza una acción hablando en voz alta sobre cada paso que da, mientras los niños observan. Después, éstos lo imitan con una guía. Posteriormente, van dándose autoinstrucciones en voz alta, para finalmente, pasar a hacerlo de forma encubierta.
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Pasos:  
  1. DEFINICIÓN DEL PROBLEMA: ¿Qué es lo que tengo que hacer?
  2. APROXIMACIÓN AL PROBLEMA: Tengo que tener en cuenta todas las posibilidades.
  3. FOCALIZACIÓN DE LA ATENCIÓN: Tengo que centrar mi atención y pensar en esto, ahora. Tengo que hacerlo muy bien.
  4. ELABORACIÓN DE RESPUESTA: Creo que es ésta.
  5. Si la respuesta es correcta: AUTORREFUERZO: ¡Muy bien! He trabajado estupendamente.
  6. Si la respuesta es incorrecta: REPASAR los pasos, localizar la causa del error y hacer una predicción de éxito para las próximas actuaciones. Oh! He cometido un error, ¿Por qué habrá  sido?. La próxima vez iré más despacio y estaré más atento, ¡Seguro que saldrá mejor!.
  • El niños debe realizar la tarea en voz alta, intentando darse cuenta de cómo lo está haciendo.
  • Una vez terminada, se le pide qué piense cómo lo ha hecho y que haga una lista de los pasos que debería hacer otro niño para completar la tarea. Se le explica que cada vez que intentamos solucionar un problema seguimos un plan. Siempre es así, aunque a veces, nuestro cerebro trabaja tan rápido que no nos damos cuenta de cómo piensa. En ocasiones, nos saltamos un paso y entonces es cuando llegamos a soluciones incorrectas.
  • Para recordar mejor lo que tenemos que hacer utilizaremos un cartel de  recuerdo:
    • ¿Qué es lo que tengo que hacer?
    • ¿Cómo lo voy a hacer?
    • Tengo que estar muy atento y ver todas las respuestas posibles.
    • ¡Ya está! Creo que la solución es ésta.
    • ¡Fantástico! Me ha salido bien. Soy un genio.
    • ¡Vaya! Me ha salido mal. ¿Por qué?. Ah…es por eso. La próxima vez me saldrá mejor.
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  • Reflexión: La mente funciona muy rápido, casi sin darnos cuenta. Cuando queremos resolver un problema pensamos en muchas formas de solucionarlo, probamos hasta dar con la solución pero nos olvidamos muchas veces de cómo lo hemos hecho. No pensamos a lo loco, seguimos un plan previo. Si me salto algún paso, no podré llegar al final.
  • Finalmente, establecemos las situaciones en las que puede utilizar las autoinstrucciones (examen, problemas de matemáticas, comprensión de textos, ejercicios de conocimiento del medio).
5. Entrenamiento en resolución de problemas. Debemos enseñar a los niños las cinco fases en la resolución de problemas diferenciadas por sus autores, D’Zurilla y Nezu:
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a) Orientación hacia el problema. Se trata de estar motivado para percibir que hay un problema que debe ser solucionado.
b) Definición y formulación del problema. Habilidad para definir de forma concreta el problema.
c) Generación de alternativas de solución. Consiste en que el niño genere todas las posibles soluciones que se le puedan ocurrir, por muy disparatadas que sean.
d) Toma de decisiones. Se evalúan las consecuencias de las alternativas de solución y se barajan pros y contras.
e) Puesta en práctica de la solución y verificación. Comprobar si hemos conseguido los resultados esperados.
La impulsividad en los niños puede acarrear importantes problemas tanto en el ámbito familiar como en el escolar. Por ello, es importante comenzar la intervención de forma temprana y ayudar a los niños a adoptar un estilo de pensamiento más reflexivo para evitar problemas.

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